05 mayo, 2010

Quemar páginas, abrir nuevos libros.

HEEY!! SI ERES TÚ YUURAPIK... NO LO LEAS HASTA EL VIERNES ¬¬


Cuando uno a veces se ve envuelto en un agujero negro que no te deja ver la luz que está frente a ti, te sientes desesperado, sientes ganas de gritar, te romper todo, de mandar todo a la misma m..., cierto?
Pero a veces olvidamos, que nadie nos preguntó si queríamos vivir; y aunque así fuera, ya no nos queda otra que seguir adelante.
Y es cuando hacemos es tan "sencillo", pero muy cansador, ejercicio de no dejarnos caer. Permanecemos fuertes y con suerte, al tiempo, estamos recompuestos.

Y justo de eso trata este post.

De una persona especial. Que hizo que mis pesares se volvieran esponjas.

Cuando te conocí, no sabía que eras para mí. Me había enredado en un rosal cuyas espinas no me dejaban alejarme de él; y es más, alejarme era doloroso y no me lo permitía ni yo misma. El conocerte, significó endurecer mi piel y aunque mi débil coraza fuera traspasada por las espinas, seguir halando hasta poder sacármelas de encima.

No quería alejar al rosal, pero me hacía daño.

Amaba al rosal, pero dolía.

En ese preciso instante en que dejé de aferrarme a sus filosas espinas, abrí mis ojos y comprendí el inmenso regalo que recibí. No obstante que el anterior regalo tan fortuito como este, era genial; contigo nada se compara. Ambos, el rosal y tú; son inalcanzables para la gente común. Ustedes fueron uno en un millón. Y tú, fuiste uno en diez billones.

Alguien en algún lugar, debe haberse compadecido de mi pesar (por qué yo? hay gente más adolorida y que requiere de más ayuda) y haberme mandado un cariñito extra, quiero pensar.

Pero menos vueltas.

Ahora mismo, creo que la elección que tomé de dejar de vivir en un pasado que jamás volverá y vivir el presente y futuro, fue muy correcta. Me ha hecho feliz, me ha ayudado a vivir. Me trajo de vuelta al mundo real, aunque sigue pareciendo un cuento de hadas.

Mi amor...

Feliz cumpleaños.

Por un gran hombre y más, un gran humano.

Tú que desinteresadamente, me amaste desde un principio y siempre quisiste verme feliz; ahora no sólo eres feliz por mi felicidad, sino también porque estás conmigo y ambos somos inmensamente felices juntos.

Nuestro encuentro fue tan fortuito, que bien, pudo nunca haber sido. ¿Te imaginas cómo habría sido si nunca hubiera existido el programa de apadrinamiento? ¿o si el padrino que yo quería primero me hubiera aceptado? Fue tan coincidente que pudo... no haber sido.

¿En quién te cobijarías hoy cuando tuvieras sueño o frío?

Sólo en ti hallé la seguridad que nadie me dio, esa seguridad arrolladora que me dice que jamás mirarías a nadie más, que estás completamente cegado por mí. Que tu adicción ahora soy yo.

Por eso te pido que también dejes que me emborrache con tu aroma, que me dejes beber de tu boca, que me dejes cobijarme en tu amplio corazón, que me guardes un sitio entre tu piel.

Mi amor...

Feliz cumpleaños