Estoy segura de lo que deseo.
Y no va a cambiar en 2, 10 o 35 años más. Ya sé qué quiero para cuando me marche de este mundo: quisiera morir a tu lado y que solo la muerte nos separe. Estoy dispuesta a trabajar en todo lo que debamos trabajar para que sea así: en mí misma, en nosotros, apoyarte en lo que necesites. Siento que finalmente entendí que lo que necesito en mi vida es a ti, ya no como un acompañante temporal; sino como compañero de vida. Te miro y veo la mirada de siempre, la que siempre amé, y no sé qué hacer, quisiera tener más tiempo.
Ya hay una fecha de vencimiento. Nos vamos a separar y me olvidarás, yo jamás lo haré. Cuando dije para siempre, es para siempre, no voy a dejar de querer armar una vida contigo y los niños. Nunca.
Si nos volvemos a ver, abrázame y toma mi mano, solo quiero que volvamos a ser los mismos de antes. Que nos queramos como cuando éramos niños, pero con la madurez que hoy poseemos, en la mitad de nuestras vidas.
Te prometí un día volver. He vuelto. Y si tenemos que separarnos para volvernos a encontrar, que así sea, un paso atrás para luego avanzar.
Tengo una maraña en mi cabeza. No quiero marcharme, pero entiendo que es lo que debo hacer. No quiero separarme de ti, no quiero. Debo olvidar, pero no quiero, no quiero.
Un día este dolor solo será un recuerdo.
No quiero que seamos amigos, quiero estar a tu lado para siempre. Siempre.
Te amo pastelito
No hay comentarios.:
Publicar un comentario