Cada día se acerca más la fecha final para atar cada cabo suelto, siento que nada va a cambiar de aquí a entonces. A pesar de eso, no me arrepiento de darlo todo por algo que lo vale, la verdad es que no. Ahora, luchar contra la corriente me parece un despropósito y un mal gasto de energía tremendo, siento que sólo yo me estoy planteando esto con seriedad.
Pareciera que importa cada día menos el tiempo que queda, que cuando me marche será una mochila sacada de encima y nunca podré tener la felicidad que añoraba. Parte de mí quisiera no intentarlo, darte la razón y renunciar, porque veo tantas cosas que me hacen fruncir el ceño, que tal vez estés en lo correcto. ¿Quiero estar contigo? ¿Estoy dispuesta a poner todo de mi parte para que luchemos juntos por nuestro futuro? Ciertamente hay muchas cosas que me hacen sentir que mi sola presencia te provoca tirria y ésas son las cosas que me hacen dudar. Sin embargo, de mi parte está toda la disposición para trabajar cualquier escollo que podamos encontrar, no para intentarlo, sino para hacerlo. ¿Tengo que volver a terapia? Bueno, iré. ¿Tienes que tú ingresar a terapia? Bueno, anda. ¿Tenemos que buscar soluciones a la vivienda? Bueno, hagámoslo. ¿Deseas que me meta a estudiar nuevamente? Así será. Lo que no puede pasar es vendarnos los ojos y hacer como que nada de esto pasó.
Siento que ya no tengo mucho que decir, mis acciones han hablado por mí todo este tiempo. Tal vez tengas razón, tal vez sólo debo irme a mi casa y olvidar todo. Pero y si es así, ¿por qué querías que viviéramos juntos? ¿Era sólo por mí? No lo creo. Debes haber deseado algo, y ese algo todavía te lo puedo otorgar si tú quisieras.
Cuando me marche ya no habrá un tú y yo, tal vez nunca lo hubo después del 2012, ¿pero por qué negarnos a esta segunda oportunidad? ¿Por qué armar un hogar para sólo romperlo a futuro? ¿Ves que no tiene lógica? Tú, ¿pidiéndome apoyo para armar esto que tenemos ahora, sólo para decir que tenía fecha de caducidad? Hazlo tener sentido, porque yo no lo veo. Siento que hay una pieza importante del rompecabezas que no tengo para darle la vuelta a esta evidente contradicción. ¿Cuál es esa pieza? ¿Que antes sí querías algo y ahora no? ¿Que, ante mi actual postura, ya no te interesa porque sólo te interesaba "la que no te pesca"? Tenemos frente a nosotros la opción de tirar todo a la basura o de una segunda oportunidad que nunca se volverá a repetir, ¿por qué no? Yo necesitaba madurar, yo necesitaba enterrar mi orgullo para admitir que nunca fui tan feliz como el tiempo que pasábamos juntos, y no hablo sólo del periodo '09-'12, hablo de todo el tiempo.
No quiero ser majadera en lo anterior, así que pasaré a otro tema: ¿por qué evades enfrentar el paso del tiempo? Ya no tenemos 20 años, esa década voló hace ya bastante tiempo, nada ni nadie te lo puede devolver, es así, sólo queda el presente y el futuro para dirigir la vista. ¿Qué quieres para tu vida? ¿Cuál es el futuro que vislumbras? ¿Es conmigo presente o ausente? ¿Es soñando despierto que te hiciste millonario, con pensamientos mágicos y evasión de la realidad? O tal vez es un futuro en que tus acciones concretas te permitieron vivir de la creación de contenido, sin fantasías de por medio. ¿Qué buscas relacionándote de forma deliberada con gente 10 años menores que tú? ¿Vivir otra fantasía? Estás perdiendo pelo, tus niveles hormonales ya no son los de antes, tomas suplementos para mantenerte en tu estado óptimo, dime, ¿Qué es lo tan terrible de aceptar el paso del tiempo? Yo no te pido mantenerte joven, muy por el contrario, acepto los 13 años que pasaron, todos esos años fueron necesarios para llegar al punto actual.
Ya no es hora de "ver qué pasa", es hora de definir lo concreto. ¿Tenemos un conflicto? Es hora de resolverlo, presentar los puntos de ambos y decidir si las posturas tienen convergencia o no. Insisto en lo de siempre, que lleguemos a un acuerdo no es decidir que desde aquí en adelante todo será un cuento de hadas mágico, para nada. Decidir que "vamos a disfrutar el tiempo que quede y luego ya no vernos más", es una decisión; decidir que "quiero ver si vuelvo a sentir lo mismo, no te lo puedo asegurar", también es una decisión. La cosa es poner en la mesa cosas concretas, decir lo que cada uno siente, lo que quiere y lo que vamos a hacer de aquí en adelante. En el parrón fui concreta, te dije lo que quería, lo que puedo negociar, lo que no acepto y cuáles son mis límites; espero lo mismo de ti, ni más ni menos, todo concreto. Sólo espero que, en tu valoración, la lealtad siga siendo un factor importante y no sólo algo que recordar cuando necesitas un favor.
Quisiera aferrarme a este tiempo en que me tratas con cierto cariño y cierto desprecio de forma igualitaria, pero siento que todo es netamente performativo, para que "no te webee", o para mantenerme tranquila el tiempo que quede. Me encantaría que tu cariño fuese sincero, pero no me puedo aferrar a ello, porque me iré y sólo me causaría dolor. No puedo hacer eso. Me puedo aferrar a algo que viene acompañado de un compromiso, de pasos a seguir, de un "tú y yo", de un "nosotros". ¿Existe ese tú y yo? ¿Existe un nosotros?